Donnie Darko, 3ª película más confusa de todos los tiempos

El sitio británico Love Film realizó una encuesta entre sus aficionados para descubrir cuál era la cinta más confusa de todos los tiempos. Curiosamente, la ganadora fue Vanilla Sky, protagonizada por Tom Cruise, Penélope Cruz y Cameron Diaz.

A continuación les presentamos el orden de la votación:

10. La naranja mecánica

9. Revolver

8. 2001: Odisea en el espacio

7. Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

6. 12 monos

5. Memento

4. Matrix Revolutions

3. Donnie Darko

2. Mulholland Drive

1. Vanilla Sky

Fuente: cinepremiere.com

Trailer Love and other drugs subtitulado al español

Jake, sin ataduras

Después de casi 2 meses sin actualizar esto (lo siento, estuve fuera) vengo con cosas nuevas de Jake! Perdonad el abandono del blog.

Jake, Sin ataduras

Para Jake Gyllenhaal, la expresión “no se puede” queda fuera de su diccionario de uso diario. No se amilana ante el qué dirán, ni le preocupan las comparaciones. Tampoco le tiene miedo la las grandes producciones, ni a las películas de corte más intimo. Lo que sí le apasiona es competir. Y la actuación, claro.

La competencia es algo que lleva prácticamente desde su nacimiento. Su hermana mayor es Maggie Gyllenhaal y también es actriz. “Ella siempre ha estado presente en mi vida y la quiero mucho”, confiesa el actor. “En cierta forma es un apoyo constante, aunque claro, también somos dados a competir entre nosotros, pero sólo un poco (risas)”.

El actor, de mirada melancólica y sonrisa fácil, está presente en la cartelera tapatía desde este fin de semana con la película Entre hermanos, un drama espeso y sin descanso donde comparte cuadro con Tobey Maguire y Natalie Portman. “Fue muy divertido trabajar con Tobey y  Natalie, somos de la misma generación de actores así que nos conectamos fácil, pero también sentimos una gran admiración mutua, y eso ayuda bastante”.
El rostro de Gyllenhaal se ha vuelto una constante en la Meca del Cine en los últimos años, aunque es difícil encontrar una línea clara en sus proyectos. Ahora con drama, antes con una cinta de acción (El príncipe de Persia: Las arenas del tiempo) y hace algunos años con una película que lo definió: Brokeback Mountain

No se pone límites

Muchos actores le dieron la vuelta a películas como BBM. Los temas tabúes siempre han sido una piedra en el zapato para Hollywood, pero eso no representó un obstáculo para Jake, quien aceptó el papel de un vaquero homosexual. “Hay algo que aprendí en la escuela de actuación y que siempre he aplicado en cada uno de los papeles que interpreto: En el cine tú puedes ser quien quieras ser, siempre”.

Parte de lo que ha sido Gyllenhaal en la pantalla ha tenido que ver con la guerra. Jarhead y Renditon son dos películas de temática bélica donde el actor ha figurado, aunque él considera que Entre hermanos marca una diferencia con respecto a las anteriores: “Creo que éste es un drama un tanto distinto, y no habría que analizarlo como una película de guerra clásica, porque no lo es. Yo lo veo como un viaje que hace el personaje de Tobey de vuelta a casa tras la guerra. Y en ese regreso se dan muchos problemas en el seno de la familia. Es un drama duro sobre un hombre que regresa destruido a su hogar y a tratar de recuperar lo que ama”.

De regreso a Persia

Tras su paso por el drama Entre hermanos, Jake volverá a trabajar con Disney, en la secuela de El príncipe de Persia, película basada en un videojuego que está llamada a ser una franquicia tan rentable como en su momento lo fueron Los piratas del Caribe. “Trabajar en El príncipe de Persia debe haber sido una de las experiencias más satisfactorias y emocionantes de mi vida”, afirma el actor, apenas conteniendo la emoción, pues es gran fanático del videojuego original. “Fue como cumplir un sueño infantil, poder estar todo el tiempo saltando en el set, con explosiones, peleas, monstruos mecánicos, adrenalina, diálogos exagerados y la mitad de la ropa puesta (risas). Es sensacional, y ya quiero regresar para la secuela”.

El factor Gyllenhaal

Un buen artículo del periódico Español: El País.

De icono del cine independiente a nuevo héroe comercial de Hollywood. Jake Gyllenhaal ha crecido y madurado en la pantalla. Tras encarnar a los antihéroes de Ang Lee, Sam Mendes o David Fincher, se reconvierte en príncipe de Persia. Se avecinan taquillazos.

La mirada de Jake Gyllenhaal está perdida en el horizonte. Abajo, en la playa, dos de las mujeres que más quiere: su hermana, la también actriz Maggie Gyllenhaal, y su sobrina, la pequeña Ramona. Las contempla desde el ático del hotel Casa del Mar, en Santa Mónica (EE UU), encerrado y sin poder bajar para unirse a ellas en este soleado día de primavera. Uno de sus asistentes personales está sentado a la puerta de la habitación protegiéndole de las visitas no deseadas, pero también haciendo de carcelero por si la tentación aprieta. La única huida que le queda a este actor de 29 años es contemplar el mar desde la ventana con esos ojos grandes y azules llenos de humanidad, mientras sus manos se apoyan en la viga del techo como si lo sujetaran, dando a su espalda la curvatura propia de los que llevan el peso del mundo en sus hombros. Como dicen en Spiderman, «con grandes poderes vienen grandes responsabilidades», y Jake Gyllenhaal está a punto de ser proclamado el nuevo príncipe de Hollywood.

Linaje no le falta, hijo del director de cine Stephen Gyllenhaal y de la guionista Naomi Foner. Ahijado de Jamie Lee Curtis y Paul Newman, quien le enseñó a conducir. Criado delante de las cámaras, a los 25 tuvo su primera candidatura al Oscar por su trabajo en Brokeback Mountain. Y ahora llega el momento de su coronación con el estreno de El príncipe de Persia, una historia de aventuras, acción, magia y romance inspirada en el popular videojuego del mismo título. Una superproducción de Jerry Bruckheimer, el hombre que convirtió en estrellas a Johnny Depp o Nicolas Cage.

«Este tipo de películas me gustó desde niño, cuando soñaba en convertirme en alguno de mis héroes mientras veía Indiana Jones o las de Errol Flynn. ¡Quién no ha querido ser como ellos! Divertidos, guerreros, románticos, duros, culos de mal asiento», se explaya alguien de gustos tan eclécticos como su carrera. «Además, siempre he querido hacer películas que la gente vea y recuerde, entretenidas pero que enganchen». La explicación está entre el guiño y la sonrisa. Guiño porque, más que por su candidatura al Oscar, más que por esa imagen de culto para el cine independiente tras su paso por Donnie Darko, más incluso que por sus romances con algunas princesas de Hollywood, Gyllenhaal es recordado como el hombre que pudo ser Spiderman cuando Tobey Maguire pidió más dinero por protagonizar la millonaria franquicia. «¿Así es como se cuenta la historia? ¿Que fui el comodín? Yo me veo más como un rey, pero siempre pienso que soy mejor de lo que soy», se ríe de sí mismo.

Lo de la sonrisa es normal en Gyllenhaal. Reacio a conceder entrevistas, pero a la vez amable, se piensa mucho cada respuesta porque no le gusta mentir o soltar balones de aire. Y está claro que prefiere la playa y la compañía de su hermana y su sobrina a ser entrevistado, pero eso no borra su sonrisa. Al revés, la aviva: es su única forma de seguir adelante. «Desde que dije que sí a El príncipe de Persia supe que esto solo funcionaría si me lo tomaba con humor. Y aquí estamos», remata con orgullo.

En taquilla hablarán los espectadores, pero Bruckheimer no duda que Gyllenhaal es el hombre del verano, un héroe que salta a la vista sin necesidad de gafas 3D. Para El príncipe de Persia ganó 10 kilos (todo músculo) que son la envidia de Hollywood. Ya de por sí atleta, amante del baloncesto y del ciclismo, se embarcó en un entrenamiento que incluyó esgrima, hípica y parkour, una disciplina en la que uno utiliza su propio impulso para andar por las paredes. «Nunca había estado tan cansado, pero eso también demuestra lo mucho que me divertí», recuerda de una filmación que tuvo lugar principalmente en Marruecos. «Las jornadas se alargaban hasta las cinco de la mañana y fueron 120 días de rodaje. Pero podría haber rodado otros 120». Si tiene éxito, tendrá que cumplir esos otros cuatro meses para rodar la segunda entrega de una saga que ya se compara a la de Piratas del Caribe.

El humor perdura cuando Jake recuerda los cortes que tuvo que hacer en la coraza de cuero de su personaje cuando sus pectorales se pusieron tan hermosos que no se podía ni mover dentro. Algunas de sus acrobacias, incluso ayudado por cables, las recuerda como temerarias. Pero, como dice, había que intentarlo. «Es cuando más disfruto, con esa ilusión colectiva, esa energía. Esos momentos en los que no existe el peligro. Es lo que me gusta de mi trabajo, que no es rutinario. Al revés, es terapéutico. Un momento catártico que ocurre entre el ‘¡acción!’ y el ‘¡corten!’. Luego te vas a casa conociendo algo más que eres capaz de hacer».

Gyllenhaal comenzó muy temprano como actor y a los 11 años ya era el hijo de Billy Crystal en Cowboys de ciudad. Él mismo admite como una de las razones de su comienzo algo de envidia de esa hermana mayor que tanto adora. «No hablamos de cine, ni leo sus guiones ni ella lee los míos. No tenemos ese tipo de conversaciones. Preferimos trabajar en ser una familia», dice sin ahondar en el reciente divorcio de sus padres tras más de 30 años de matrimonio. Prefiere volver la mirada a su sobrina Ramona. «Ella sí que ha cambiado nuestra dinámica. Ahora nos esforzamos por sacar lo mejor de nosotros mismos. Sonará cursi, pero es maravilloso ser tío», dice quien se declara un romántico.

Eso sí, por el momento Gyllenhaal no piensa seguir los pasos de su hermana, casada con el también actor Peter Sarsgaard. Tampoco quiere hablar del tema. Mientras que su filmografía es extensa e irregular, desde October Sky hasta Jarhead, pasando por The good girl, El día de mañana o Zodiac, su vida amorosa ha estado rodeada de más rumores que confirmaciones. Una larga relación salpicada por interrupciones junto a Kirsten Dunst. Y un romance con Reese Witherspoon desde que rodaron juntos Expediente Anwar (2007) hasta que llegó la cacareada presencia de la joven actriz australiana de Transformers 2 Isabel Lucas. Los labios de Gyllenhaal están sellados y ahora no hay sonrisa que valga. «Al parecer, estoy saliendo con mucha gente», zanja alguien del que también circularon rumores de homosexualidad. Fue durante el rodaje de Brokeback Mountain, filme considerado un clásico y que para Jake fue mágico. En especial, la amistad que forjó con su compañero de reparto, Heath Ledger: Gyllenhaal es padrino de Matilda, la hija del australiano con la actriz Michelle Williams. Sobre la muerte de Ledger por una sobredosis, vuelve a callar. «Lo que he aprendido en estos años es lo extraño que resulta madurar delante de todos. Yo he nacido en esta industria. He crecido en ella, lo que también me da una perspectiva diferente. Para mí, hacer películas es algo más que un trabajo. Es una colaboración. Pero no todos lo entienden de la misma forma».

Palabras con las que construir esa coraza que le permita combinar ese alma honesta, espiritual y preocupada por los suyos y por el mundo en el que vive con su propio brillo de estrella. Y continuar su viaje. «Así es como lo siento, como un viaje que es el sueño de muchos y que yo disfruto. Aunque no tenga todas las respuestas. A mi edad es lo normal, que uno continúe su búsqueda». Una búsqueda que por el momento ha llegado a su fin. No se debe al fulgor de su estrella como príncipe de Persia o a los proyectos que tiene pendientes de estreno, como la comedia romántica Love & other drugs junto a Anne Hathaway, la también comedia de David O. Russell Nailed o el drama futurista Source code. La suya sigue siendo una trayectoria dispar. «Lo único coherente de mi carrera es su incoherencia, porque me guío con el corazón. El del chaval que hay en mí y que quiere divertirse. Con sables o con comedias. Yo no se lo voy a negar. Al menos por ahora», resume como declaración de principios. Y de final, porque en la puerta, esperándole, están ahora mismo su hermana y su sobrina.

Prince of Persia falla en cartelera

LOS ÁNGELES (The New York Times)

— En las primeras escenas de “El príncipe de Persia”, un hombre sabio advierte al personaje principal, protagonizado por Jake Gyllenhaal, no tomar demasiado. La advertencia: “Todavía no estás listo para esto”.

El fin de semana pasado esas palabras resultaron ominosas para Gyllenhaal en la vida real. Los esfuerzos por presentarlo como un héroe de acción —una estrella capaz de anclar una gran película de verano— acabaron en decepción. “El príncipe de Persia” vendió 37.8 millones de dólares en boletos en teatros de EE.UU. y Canadá durante los cuatro días del puente de fin de semana, un débil desempeño para una película cuya producción costó unos 200 millones de dólares y un gasto publicitario de más de 100 millones de dólares.

El filme llegó al mercado en segundo lugar. “Shrek forever after” se mantuvo en primer lugar por segunda semana con una recaudación de 55.7 millones de dólares.

¿Qué salió mal? Abundan las teorías. El sensible Gyllenhaal se zambulló en el papel, se dejó crecer el cabello y talló su físico. Pero su principal fuente de éxitos ha sido en películas diseñadas para audiencias más pequeñas. Las películas que se basan en videojuegos no tienen buenas pistas sonoras, y quizá la mercadotecnia también influyó.

Jake, impresionado con Penélope Cruz

Con antecedentes como Street Fighter y Mortal Kombat, las películas basadas en videojuegos tienen una reputación nada alentadora. Sin embargo, Prince of Persia pasa la prueba. La cinta cuenta la historia de un chiquillo de la calle que, por azar del destino, se ve en el centro de una gran batalla por salvar a su tierra y, de paso, el planeta entero. Ese chiquillo es nada menos que Jake Gyllenhaal, que se aleja un poco de los dramas que le han dado mayor fama: Donnie Darko, Brokeback Mountain,  Jarhead y Brothers, entre otros. ¿Le queda bien el traje de héroe? Gyllenhaal tiene la respuesta.

“¡Fui como Rocky!”

Leí que para tu papel en Prince of Persia tenías que practicar el videojuego tres horas al día.
Sí, es un trabajo duro. Pero alguien tiene que hacerlo (risas).

Te lo cambio por el mío, si quieres.
Mi mamá es escritora, sé cómo es eso y creo que no podría hacerlo.

¿Fuiste un fan del juego de video?
Sí, jugué la primera versión de Prince of Persia, diría que cuando tenía ocho años. Me encantaba el juego entonces. Luego jugué Nintendo en mi adolescencia, pero después hice una pausa de los videojuegos en general. Todo comenzó de nuevo cuando empezó este proyecto, y tuve que practicarlo para darme una mejor idea.

Sí, las adaptaciones no suelen salir tan buenas. Es decir, ¿Mortal Kombat?
Y me lo dices. Creo que no he visto una sola buena adaptación de un videojuego al cine.

Pero Prince of Persia salió buena.
¡Gracias!

¿Lo pensaste dos veces cuando te ofrecieron el papel?
No. Sabes, tenía algunas ideas que compartir con Jerry Bruckheimer (el productor) y Mike Newell (el director). Para mí, el personaje necesitaba tener ciertas cosas para verse cool, y creía que eso me ayudaría a interpretarlo, pero en general estaba emocionado del desafío de hacer algo en lo que mucho gente no había tenido éxito.

Trabajaste con (la actriz británica) Gemma Arterton.
Así es.

Es muy buena actriz, pero a la vez es extremadamente sexy.
Ja, ja, ja. ¡Debería buscarte su número!

Sé que los actores tienen que ser muy profesionales. Pero ¿es de algún modo intimidante trabajar con una actriz tan bella?

Bueno, recuerdo que Mike nos presentó, y dijo: “Gemma, este es Jake”. Y la recuerdo mirándome de arriba abajo tan normal, como si nada. Y yo, naturalmente, (le dije): “¿Cómo, no estás impresionada?” (Risas) Nuestra relación fue así desde el principio, y funcionó para nosotros. Creo que es una estrella del cine total, bellísima, pero no incapaz de conectar como persona.

Hablando de mujeres bellas, ¿con qué actrices latinas te gustaría trabajar? ¿Salma, Penélope, Eva Mendes…?

Creo que me gustaría trabajar con todas. (Risas). Conozco a Salma y Penélope bastante bien y me encanta el trabajo que Penélope ha hecho recientemente. Siempre ha sido bella, pero se ha convertido en un talento extraordinario. Adoro a todas esas mujeres que mencionaste, pero estoy especialmente impresionado con Penélope. Y creo que también ha sido increíble como… Tú sabes, no me puedo imaginar cómo sería para mí hablar español en una película y que funcione tan bien (como Penélope hablando inglés).

¿Hablas algo de español?
No, no hablo español. Sé que acabo de perder puntos, pero está bien.

Tuviste que trabajar mucho físicamente para el papel del Prince of Persia, ¿verdad?
Sí, hubo mucho trabajo físico, mucha acrobacia, gimnasia y también artes marciales. No es el trabajo físico normal que tú esperarías para una película. Me traté a mí mismo como un atleta. ¡Fui como Rocky!

¿Es realmente halagador estar en las listas de los hombres más sexis del mundo?
Ehhh, el mundo no entiende lo difícil que es ser tan sexi… Es tan duro. Realmente no se lo desearía a nadie. (Risas) No… Claro que lo es, me estás tomando el pelo con esa pregunta, hombre.

Bueno, la pregunta del millón: ¿cuándo viene la secuela de Prince of Persia?
Ja, ja, ja, ja. Jerry dice que sus intenciones de hacer una secuela son nulas. Tenemos que esperar qué piensa el público y cómo responde. Si todo sale bien, estaríamos más que felices de hacer otra más.

univision.com

Jake en ‘Late Night with Jimmy Fallon’

Vídeo de la visita de Jake al programa de Jimmy Fallon el día 26.

Por supuesto, otro vídeo con…risas aseguradas. Antes de ver el vídeo de la entrevista os aconsejo que os veais este (aún más risas):

El encuentro con Jimmy empieza comentándole a Jake algo del anterior vídeo, Jake dice que no sabe nada. ‘Oh, pensé que se parecía a ti. No eras tú, entonces?» Y, después de un ‘what?’ tras otro de Jake (entre risas) Jimmy le pregunta: ¿Cómo estás? Y finalmente Jake contesta que genial ‘¿Has visto a esos tíos haciendo cosas raras antes?’ Luego empiezan a hablar de Prince of Persia. Le comenta que su cara está por todos los buses y edificios de Nueva York y Jake dice que es cierto, y que la fecha de estreno es incluso más grande que el título de la película y que la gente se piensa que se llama ’28 de Mayo’ «Oh tío, no puedo esperar a ver ’28 de Mayo. Mi película favorita!'» Enjoy the interview! 🙂

Jake en David Letterman

Jake en el programa de David Letterman, ayer día Lunes 24 de Mayo…

Parte 1

Donde bromea con que sus padres le sentaron a la edad de 7 años y le dijeron que era tiempo de entender lo que iba a hacer con su vida, lo que tendría que ser de mayor. «¿Qué? Pero si yo quiero ser futbolista…» «No, hijo… te pagarán muy bien. Serás actor.» También cuenta un poco su aventura en Rusia y su miedo a reír o sonreír durante las entrevistas (ya que aconsejan no hacerlo por si piensan que estás loco o eres estúpido)

Parte 2

Muestran fotos de la visita de Jake en Rusia durante 3 días (serio en TODAS -no vayan a pensar que es estúpido o un loco- ) Una vistiendo una extraña chaqueta, la cual asegura ‘quería desde hacía largo tiempo’, Una con Homer Simpson (y Bob Esponja intentando salir por detrás) y otra en un gran restaurante (donde dice que la comida era fantástica). También hablan sobre Prince of Persia, por supuesto… donde David se pregunta si lo que se ve en la pantalla (los efectos y demás, supongo) es real. Jake comenta, bromeando, que la daga que lleva atrás en los tiempos es real, de hecho cuando pulsas el botón de la daga… todo lo que se ve en la película (la luz rodeando el brazo, etc) ocurre de verdad. Después añade que sí, que buena parte de la película fue rodada en Marruecos.

¡RISAS ASEGURADAS!

Jake en ‘El periódico de Catalunya’

Breve entrevista que ha sido publicada el día 22 en Dominical, de Cataluña.

Hollywood tiene nuevo príncipe: exprotagonista de películas de autor y exvaquero solitario con candidatura al Oscar (Brokeback Mountain). Jake Gyllenhaal echa músculo y sex-appeal en Prince of Persia: Las arenas del tiempo, basada en el célebre videojuego homónimo y producida por el rey Midas del cine de acción más palomitero, Jerry Bruckheimer. «Yo no pinto nada interpretando a un príncipe de Persia», asegura en la revista Dominical. «Pero rodar películas es esencialmente eso –justifica-: una oportunidad para hacer el tipo de locuras que ningún otro trabajo te permitiría hacer. He querido ser el héroe de una película de acción desde que tenía 8 años».

¿Es consciente de que muchos actores serios jamás aceptarían participar en una película como ésta? Se supone que los buenos papeles tienen mucha carga psicológica o emocional…

Quizá el problema es que a los actores a veces se nos toma demasiado en serio. Además, pasé dos meses aprendiendo a hacer piruetas, y cientos de horas aprendiendo coreografías de espadas. Los requisitos técnicos de este personaje son muchísimos y complejísimos. Puede que no vaya a ganar un Oscar con este papel, pero para mí ha sido igual de gratificante que cualquier otro. Ten en cuenta que a la mayoría de actores de Hollywood nos resulta extremadamente difícil caminar y mascar chicle al mismo tiempo.

Esta película le está proporcionando más fans que ninguna otra antes. Se está convirtiendo en un sex-symbol. ¿Está preparado para eso?

Está claro que ser el centro de tantas atenciones puede llegar a confundirte, hacer que te vuelvas loco y pierdas la perspectiva de quién eres, pero creo que he pasado conmigo mismo el tiempo necesario para saber perfectamente quién soy, y la verdad es que me gusto bastante. Intento que lo que pasa a mi alrededor no me afecte demasiado. O, si no, al menos trato de disfrutarlo.

Su relación con la actriz Reese Witherspoon fue ampliamente documentada por la prensa del corazón. ¿Cuánto tuvo que ver esa presión mediática con la ruptura?

Sería muy fácil decir que nuestra fama fue la culpable de que nuestra relación se estropeara. Sería como rehuir responsabilidades. La fama se ha convertido en una parte cotidiana de mi vida, y no creo que sea determinante en mis relaciones personales, gracias a Dios. Que la gente hablara de nosotros en revistas o en Internet no facilitó las cosas, es cierto, pero aunque no lo hubieran hecho también habría sido extremadamente complicado sacar adelante nuestra relación. Cualquier persona adulta sabe perfectamente lo difícil que es que las relaciones triunfen. Mis padres se divorciaron el año pasado, después de estar muchísimo tiempo casados. Es ley de vida.

Quizá a causa de quiénes son sus padres [el director Stephen Gyllenhaal y la guionista Naomi Foner] y su hermana [Maggie Gyllenhaal], y de haber crecido rodeado de gente como Paul Newman o su madrina Jamie Lee Curtis, en su caso la frontera entre lo público y lo privado siempre ha estado un poco diluida, ¿no es así? La familia es un tema de conversación habitual en sus entrevistas.

Por cierto, en internet se dice que Paul Newman era mi padrino, aparece hasta en IMDb, que es como la biblia de la información de cine, pero es falso. También suele decirse que me enseñó a conducir. Tampoco es cierto. A mí el rumor no me molesta, pero tal vez a mi padre sí, porque fue él quien tuvo que corregir mi torpeza al volante. Fue toda una hazaña, así que es justo que se le reconozca.

Como le decía, se nota que está habituado a hablar de asuntos de familia.

Sí, y no es que me guste especialmente, pero tampoco me importa. A menudo me encuentro con personas que han leído o escuchado algo que yo dije acerca del divorcio de mis padres o de mi relación con mi hermana, y me confiesan que mis palabras les han ayudado o les han permitido ver las cosas desde otra perspectiva, y eso es muy gratificante. Me encanta ser sincero. El problema es que, a veces, a los periodistas no les interesa la verdad, sólo quieren un titular, así que manipulan mis palabras. Eso hace que me arrepienta de ser sincero o no lo sea tanto.

¿Cuál fue el papel que le hizo cambiar?

Yo creo que mi trabajo en Jarhead, a las órdenes de Sam Mendes, me enseñó a enfrentarme a ciertos aspectos de mí mismo. Los personajes que había interpretado hasta entonces, Donnie Darko o el Holden de The good girl, no sólo eran atormentados y vulnerables, es que, además, les encantaba serlo. Yo también era así. Pero aprendí a ser consciente de mi cuerpo y de mi mente, y a ser menos autoindulgente. Ser actor es como una terapia, y a mí, gracias a Mendes, la terapia me está funcionando bien.

Estreno de Prince of Persia en España

Como motivo de su estreno en España ayer día 21 de Mayo, os recopilo aquí una serie de críticas de periódicos y revistas de España.

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«Una feroz tormenta de arena hecha no ya de lugares comunes, sino de pura rutina (…) espectáculo que, sin duda, vale mucho menos de lo que parece haber costado.» (Jordi Costa: Diario El País)

http://www.elpais.com/articulo/cine/mil/gangas/elpepicin/20100521elpepicin_13/Tes/

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«Una voltereta infinita que mezcla los aires legendarios de ‘El ladrón de Bagdad’ con los bufidos de ‘El rey Escorpión’ al servicio de una historieta de traiciones, amoríos y leve delirio hechicero (…) Puntuación: ** (sobre 5)» (Javier Cortijo: Diario ABC)

http://www.abc.es/20100521/cultura-cine/camas-elasticas-20100521.html
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«Aunque luciría más mona con media hora menos de metraje (…) es una cinta de aventuras honesta, multirreferencial, fresca y simpática, además de atractivamente ligera» (Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia)

http://www.lavanguardia.es/lv24h/53931484371.html